resguardan la verdad
del cuerpo,
de la casa.
Están al acecho,
se expresan con latidos,
tenues o furiosos.
Arman nudos
que aprisionan,
ahogan.
La luz de las siestas largas,
los convoca.
Las palabras posibles,
no encuentran destino.
Inicuos daimones
bailan danzas de tristeza,
insertan uñas
burlando al sol
Invocación a Spes,
como último refugio,
No contesta.
No contesta.