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BAJO LAS LILAS ES EL PRIMER LIBRO QUE RECUERDO HABER LEÍDO- DE MUY NIÑA- EDITADO SIN ILUSTRACIONES, o muy escasas- portada y aisladas en capítulos- (quiero significar: primer paso hacia una literatura sin apoyo visual, que es lo que requieren generalmente las publicaciones infantiles) Lo cito porque creo que no sólo lo cercano (en tiempo y espacio) es grato a un lector. Niños y adultos gozamos de viajar con el imaginario, escuchar otras voces, pensar otros lugares y realidades.



Lo que aparezca en mi blog, sin referencia externa, puede ser utilizado citando la fuente.

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Muchas gracias a los que envían comentarios a mi correo!

martes, 15 de marzo de 2011

24 DE MARZO: Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia

Hay niños que no saben de aquellos años. Y hay jóvenes y grandes. Algunos no quieren saber. Yo no quiero saber que algunos no quieren saber.
Basta con leer sobre el dolor. Sobre buscar y no saber adónde. Con pensar el hijo, el padre, el hermano, el amigo. Y la ausencia. Y la espera. Y abrigar cada día, cada noche, cada hora, la agonía que es de otro, pero vive en cada sentido del exceptuado.
Teníamos el pelo largo, los ojos muy pintados, los pantalones anchos, las faldas cortas, las camisas pinzadas. Estudiábamos, trabajábamos. Algunos no sabíamos mucho.
Peligrosa ignorancia. Quizás otros sabían más y tenían miedo. Quizás éramos todavía barrio y vereda de jugar libre y hablar sin prejuicio.
Todo estaba velado y era aprensión y secreto.
Unos decían “algo habrán hecho”… ¿Qué puede hacerse que conlleve tanta ignominia? ¿Qué puede hacerse que no implique ser juzgado?
En estas interpretaciones, debe haber incontables sentidos…el mío tiene que ver con un tiempo histórico después de la inocencia.
Isa
post relacionado: http://bajolaslilas.blogspot.com/2010/03/identidad.html

ceguera-instituciones- Gustavo Alonso



















Argentina, 1976.

He visto los hombres trepar a la sombra
tensando los arneses aún dormidos
y marchar unidos en el esfuerzo bestial
hasta montar el sol sobre la tierra.

Entonces salían de todas partes los niños y las madres
y luego los mercados llenaban las veredas
de silbos y manzanas.

La alegría de las gestas domésticas
coronadas por la dignidad del almuerzo!

He visto largas caravanas de obreros en el alba
marchar hacia el metal de la sirena.
Ágiles bicicletas con la vianda,
la radio colgando del manubrio.

Hasta que el estrépito de ráfaga
de cañón maldito
de horrorosa muerte
abrió un boquete en cada casa y entró la niebla negra.

Todo se retorció como un pez en la arena,
hasta ser tragado por el miedo.

Desapareció la fábrica.
También el hombre.
Y los hijos, y los mercados con silbo, y las radios
que no fueron sino un espejo del infierno roto a veces.
La universidad de Luján fue clausurada.
Encadenaron la luz en los sangrientos sótanos,
persiguieron los brotes del canto asesinado.

El abrazo fue un código secreto
la patria un dolor ahogado bajo la tortura.
Y el sol deseo apenas musitado
entre los nombres de los que ya no estaban.
©Gabriel Impaglione

Reproducción en:

viernes, 18 de febrero de 2011

Febrero

Parece que en esta ciudad y aledaños el mes de febrero trae algunas tormentas de verano. Hace tanto calor que los cielos se cargan de una energía que no tiene más remedio que revocarse en lluvia potente sobre los árboles, los techados, las plantas, las paredes sofocadas.
Eran otros tiempos, cuando todavía existían las relaciones firmes entre vecinos, los abuelos viviendo en los hogares de sus hijos, los patios amables, las calles de tierra, las veredas donde los chicos circulaban con bicis y triciclos, el fútbol en la cava, los zanjones, los alambrados con dondiegos de noche, las revistas infantiles, las figuritas, las muñecas Linda Miranda, los trenes y camioncitos, los soldaditos, la radio.
Los años borran las sensaciones, los datos precisos, la conciencia de la hora, por eso, lo que uno recuerda, no parece lo fundamental del día evocado y se va confundiendo con lo que los otros agregan, con datos objetivos rescatados en documentos, con sentidos de aparición posterior, con imágenes robadas.
Sin embargo, mi hermana y yo estábamos sin duda bien peinadas, con zapatitos de presilla y mediecitas de hilo, con vestiditos parecidos…En el patio de Doña María había como en casi todos los patios, una enredadera protectora, en este caso un parral, de esos de uvas chiquitas y oscuras, que maduraban en forma despareja y eran agridulces. Lo sé porque en mi casa había uno similar, que aún hoy lucha por sobrevivir.
El cielo se desgajaba en relámpagos azules y los truenos intimidaban.
Allí estábamos, en el espacio ajeno, comiendo las uvitas, sentadas en esas sillas de madera y paja, preguntándonos por qué nos quedábamos, como de visita, sin mamá, sin la nona… ¿Y adónde estaría mi padre?
Seguramente, antes de salir, percibimos la inquietud, el misterio; me gustaría reconstruir el rostro joven de mi madre, la caricia o el beso con que nos despidió, las recomendaciones de mi abuela, el ambiente de la casa, pero no. Los datos más precisos son la tormenta, el patio de Don Juan y Doña María, el plato blanco con las frutas caseras.
Es raro que hayamos ido a esa casa porque en mi recuerdo esos vecinos siempre fueron viejitos. Ella con los dedos un poco torcidos, la sonrisa de dentadura postiza, la espalda encorvada. Él, un señor afable mucho más lindo que su mujer, de voz suave y extranjera.
¿No habría un hogar con otros chicos para esperar, algún familiar…? A mi madre y a mi abuela les habrá parecido éste, el más confiable.
Mi mamá había tenido una mala experiencia en el sanatorio, cuando nació mi hermana, así que supongo eso, sumado a su extremista tozudez, a sus miedos, la hicieron optar por la intimidad del hogar y la ayuda de Máxima, nombre que a lo largo de los años no se me ha borrado, siempre asociado a lo oculto y misterioso, a la vez que hábil y generador de milagros.
Hoy el aire huele parecido. La lluvia ha mojado las hojas y la tierra; ha quedado suspendido algo mineral, derrumbado de las alturas, que no llega a ser frescura.
Habremos regresado tomaditas de la mano, como nenas obedientes que siempre fuimos, alguien debe habernos anticipado una vislumbre, pronunciado palabras para acercar lo desconocido. Igual pasaría mucho tiempo para que las fichas fueran ocupando los lugares correspondientes, escapados a las impresiones, recortados y pegados definitivamente en el álbum de la historia familiar.
No tengo imagen real alguna de mi hermanito recién nacido, no obstante sé que su cabeza pequeña tenía pelusitas doradas y lloraba sin dientes, envuelto en alguna ropita primorosa y perfumada, con los puños apretados, aunque los aflojó para tomarme el dedo, bien fuerte, por primera vez, mientras una cámara inexistente captaba para toda la vida el instante del vínculo.
Isa bertero

Emilio

jueves, 6 de enero de 2011

Lluvia de fuego

Tiempo de costumbre
En un estante
Las especias aromadas
Olor a pan y a torta
Libroslibroslibros
Algunos con los lomos estropeados
Del pasado
Y otros nuevecitos
Tal vez no haya quedado
Más que la representación
Y sentidos
Ciudadanos propios
Amor
En los objetos guardados
Cartas, ropa, cuadernos
Fotografías
Niños que fueron
No tiene más espacio la casa
Algunas veces punza
Como diagnóstico de aorta dañada
Palabras, ámbitos, recuerdos
Es una forma de existir
Historia
La voz de la radio sigue contando: “Caracol Catalí”
Y “El jabón que usan nueve de cada diez estrellas de cine,
presenta...Radio Cine Lux”
Más el domingo: fútbol
Ajeno. Invadiendo el aire de todos.
En año nuevo
Estuvieron sobre la mesa
Las uvas. El orégano. El romero.
Y la lluvia de fuego.
Porque somos
Lluvia de fuego.

lunes, 3 de enero de 2011

SEMIÓTICA DE LA COCINA

NO DEJEN DE MIRAR (¡Y ESCUCHAR!) EL VIDEO, ES BREVE

Semiótica de la cocina (versión , Martha Rosler-1975)

En Semiótica de la Cocina (1975), Martha Rosler realiza una parodia de un programa de televisión femenino. Con una gran agresividad contenida, nombra y enseña uno tras otro el uso de los utensilios de cocina, poniendo en evidencia la violencia inmanente a ese espacio socialmente relegado a la mujer, en el que, como señala la artista, "cuando la mujer habla, nombra su propia opresión".
http://www.arteuna.com/CRITICA/RAlonso6.htm
PARA SABER MÁS DE M. ROSLER http://mujerartepublicidad.blogspot.com/2010/12/martha-rosler.html

Semiótica de la cocina (versión Isa- 2010)
Al menos por ahora, intimo con los objetos de la cocina. Sólo un poco de displacer a la hora de lavarlos y guardarlos, pero los resultados y el compartir los resultados, se acopla a un lenguaje interior placentero. Parezco la presentación que hacen algunos cocineros de Utilísima (nombre con connotaciones que a  M. Rosler le inspirarían otro video ¿no?), aunque más me gustaría parecerme a Sumito o a Francis (son cocineros poéticos). Igualmente, adhiero al contenido simbólico del video, el tema de los espacios socialmente relegados a la mujer (no sólo el de la cocina diaria obligatoria), y el de los espacios no reconocidos tienen aún demasiada  vigencia y validez. 
Muestritas:


Con Agus, Lía no está porque es fotógrafa flíar y gourmet
Esta foto es mía, por eso no está muy buena, pero los pancitos, salieron ricos.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

2010, finales. Agus y Lía

Ilustradoras familiares.

de Agustina Demichelis
(con bolígrafo; "habitantes" mientras relee textos para examen...
¿o piensa en las musarañas?)


 De Lía Demichelis
(no requiere explicación ¿no?)


sábado, 18 de diciembre de 2010

NAVIDAD

Infantil, extranjera, comercial                                        
Navidad
en las vidrieras,
en las jugueterías
en el supermercado
en los programas de cocina
en el vivero:
coníferas pequeñas
(que luego se secan
o necesitan ser transplantadas)
(¿Adónde?)
Hay un gran árbol
frente a la parroquia
donde las luces se encienden,
justo a la hora en que las campanas
anuncian oración.
Impulso de regalo
de fiesta
de despedida
se escabulle un aire de amor
y de tristeza
sinsentido
Una algarabía de papel de regalo
crujecrujecruje
Tras las ventanas
titilan lucecitas
y hay olor a panes especiados
en algunas casas,
en las panaderías.
Un talante de expectativa
recorre las mismas veredas cansadas
de todo el año.
Todavía quedan en algunos rincones
las hojas que los alumnos
rompieron en pedacitos
para olvidar más fácil
tanto contenido,
para ponerlo en vacaciones.
Alguna nochebuena
de otro tiempo…
insiste
desde el territorio
adonde guardamos
el niño transcurrido...
cuando la familia era el universo
y no sabíamos
de pobres, de guerras, de hambre, de pérdidas
del otro,
al margen de la luz.


Imágenes utilizadas en el collage: