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BAJO LAS LILAS ES EL PRIMER LIBRO QUE RECUERDO HABER LEÍDO- DE MUY NIÑA- EDITADO SIN ILUSTRACIONES, o muy escasas- portada y aisladas en capítulos- (quiero significar: primer paso hacia una literatura sin apoyo visual, que es lo que requieren generalmente las publicaciones infantiles) Lo cito porque creo que no sólo lo cercano (en tiempo y espacio) es grato a un lector. Niños y adultos gozamos de viajar con el imaginario, escuchar otras voces, pensar otros lugares y realidades.



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lunes, 24 de diciembre de 2012

NAVIDAD Y REYES


Se desliza la mañana con la pesadez del verano. Los niños juegan ahora vaya a saber en qué espacios, casi ni se ven en las calles. Incluso el fútbol se escapó de los lugares abiertos y está encerrado en los “mercados” que se dedican a su promoción. Bueno, es quizás todo mejor, más organizado, más fácil para las madres.
Mucha gente en las calles. Los negocios han logrado promover a Santa Claus, en lugar del dulce niño Jesús que iluminaba la vida nueva. Cuando yo era chica recibíamos principalmente  regalos de Navidad, los que el niñito traía, también el seis de enero  otros menos importantes o menos costosos,  para rememorar  los  que los reyes de Oriente, guiados por la estrella llevaban a Belén.
Por el mito de su retorno, cada año, había que alimentar a  los camellos con agua y pastito.
Mi padre contaba que en el campo, en su niñez,  sólo recibían presentes para Reyes, era una bota llena de dulzuras y pequeños obsequios.
Me imagino los apuros de mis padres y abuela para retirar el alimento que esperanzados dejábamos para las monturas de los Reyes Magos, porque hubiera sido una gran desilusión que pasaran sin consumir nuestro humilde presente.
Yo recuerdo que con los años y el contacto con otros niños, me fueron informando que todo era legendario.  Sin embargo necesitaba confirmación.
Por ese entonces mi barrio tenía muchos árboles, y unas farolas de luz eléctrica que no irradiaban demasiado,  se encendían en las bocacalles pendientes de cables.
Una nochecita, cruzábamos una de esas esquinas y yo iba tomada del brazo de mi mamá y de mi abuela…Entonces les pregunté para salir de dudas si era verdad que el Niño Dios y los Reyes traían regalos. Ahí me dijeron la verdad.
Debe ser desde entonces que a veces siento un nudo en la garganta, difícil de desatar…
Debe ser por eso que decidí, cuando mis hijitas eran chicas contarles otra versión.
Les conté que el Niño Dios ayudaba a papá y mamá para que pudieran comprar los obsequios (mi preocupación era dónde quedaban instalados los niños pobres).
No sé si me creyeron, de hecho la infancia necesita del mito, de la fantasía.
Y quizás es mejor, porque cuando crecemos hay cosas que se tornan tan difíciles que poder evocar la maravilla llena el corazón de luz.
DEDICADO A MI HERMANA GRACIELITA Y A MI HERMANO EMILIO, CON TODO EL CORAZÓN Y EL NUDITO DE LÁGRIMAS

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